Psicólogos especializados en Duelo en Murcia

¿Qué es el Duelo?

El duelo es una respuesta natural que surge cuando perdemos a un ser querido con quien teníamos un fuerte vínculo afectivo. Se trata de una experiencia universal, ya que todas las personas atraviesan un proceso de duelo tras la pérdida de un ser querido.

Es importante permitir que el duelo siga su curso, sin evitar que tenga lugar. Aunque el ser humano está preparado para superar una pérdida de manera natural, en algunos casos, el dolor puede prolongarse excesivamente, dando lugar a lo que se conoce como duelo complicado o duelo patológico.

Si has perdido a un ser querido y sientes que el dolor persiste de manera prolongada, es posible que necesites apoyo psicológico. En nuestro Centro de Psicología en Murcia, te ofrecemos acompañamiento psicológico especializado para que el camino de este proceso te resulte más ligero.

¿Cuáles son las fases del Duelo?

El proceso de duelo suele pasar por varias etapas, aunque no todas las personas experimentan estas fases de la misma manera ni en el mismo orden. Las fases más comunes son:

1. Negación: Dificultad para aceptar la pérdida.
2. Culpa: Sentimientos de remordimiento por cosas no dichas o no hechas.
3. Desesperanza: Sensación de vacío y desorientación.
4. Rabia: Enfado ante la pérdida y su injusticia.
5. Aceptación: Reconocimiento de la nueva realidad y adaptación a la vida sin la presencia del ser querido.

¿Cuándo iniciar una terapia psicológica para el Duelo?

Aunque el duelo es un proceso natural, hay algunos síntomas que pueden indicar que necesitas apoyo psicológico. Si experimentas alguno de los siguientes síntomas durante un tiempo prolongado, es importante que busques ayuda:

• Sentimiento constante de vacío o desesperanza.
• Incapacidad para retomar tus actividades diarias o responsabilidades.
• Sensación de culpa excesiva.
• Aislamiento social extremo o dificultad para relacionarte con los demás.
• Pensamientos recurrentes sobre la muerte, ya sea del ser querido o sobre la propia.
• Problemas graves de sueño o cambios drásticos en el apetito.

Si después de seis meses sientes que el malestar emocional no disminuye o que no puedes retomar tus actividades cotidianas, puede ser recomendable buscar ayuda psicológica.

¿Qué terapia es la más indicada para un proceso de duelo?

La elección de la terapia más adecuada para el duelo depende de cada persona y de cómo está enfrentando su proceso de pérdida. Sin embargo, hay enfoques que han demostrado ser particularmente efectivos en acompañar el duelo y ayudar a las personas a gestionar su estado emocional.

A continuación, destacamos las terapias psicológicas que, con más frecuencia, utilizamos en MindUp Psicólogos, para ayudar a las personas que nos solicitan atención psicológica en momento difíciles:

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La TCC es uno de los enfoques más utilizados en el tratamiento del duelo, especialmente cuando hay un duelo complicado o prolongado. Este tipo de terapia se centra en identificar y modificar los pensamientos negativos o irracionales que pueden surgir tras la pérdida, como la culpa o la desesperanza.

Además, la TCC brinda la posibilidad de aprender habilidades para afrontar las emociones difíciles y promueve cambios en los comportamientos que pueden estar obstaculizando el proceso de duelo, facilitando una adaptación saludable a la nueva vida en la que la persona fallecida ya no está.

Terapias de Tercera Generación

Las terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) o el Mindfulness, son enfoques muy útiles en el tratamiento del duelo. Estas terapias no se centran únicamente en cambiar los pensamientos o emociones, sino en aceptar el dolor emocional como parte del proceso de duelo, mientras se ayuda a la persona a comprometerse con acciones que le permitan seguir adelante con su vida de acuerdo con sus valores. A su vez, la práctica del mindfulness, por ejemplo, ayuda a las personas a permanecer anclada al momento presente, disminuyendo así la rumiación y el sufrimiento innecesario.

Ambos enfoques, la TCC y las terapias de tercera generación, son muy eficaces, y se pueden complementar según las necesidades y objetivos del paciente.