“Hay demasiadas personas que sobrevaloran lo que no son y subestiman lo que son”
Malcolm S. Forbes
¿Qué es el síndrome del impostor?
El concepto fue acuñado del 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes y, en la actualidad, no está considerado un trastorno psicológico ni psiquiátrico y no se encuentra clasificado nosológicamente, aunque es muy frecuente.
Se trata de un fenómeno psicológico en el que personas competentes se sienten incapaces de internalizar y de hacer propios sus logros, se ven a sí mismas como un fraude y no creen en su propia competencia.
Antes de este término, se empleaba el denominado «efecto Dunning-Kruger», que consiste en un sesgo cognitivo en el que las personas incompetentes tienden a sobreestimar sus habilidades y las personas competentes tienden a subestimar sus habilidades en relación con las de los demás.
Así, la persona que sufre el síndrome del impostor siente que, por muchos logros, éxitos y objetivos que cumpla, nunca es suficiente, no los asocia a su propio esfuerzo y mérito y tiene constantes dudas y miedo a ser descubierta como un fraude o impostora. Tanto es así, que la persona puede llegar a sentirse mal cuando está haciendo algo realmente bien.
Por ejemplo, preguntas y dudas que las personas que lo sufren suelen plantearse son:
¿Soy lo suficientemente bueno? ¿Por qué deberían tener en cuenta mi opinión? ¿Por qué van a escucharme? ¿Acaso puedo aportar algo nuevo a la conversación? ¿Por qué iban a quererme? ¿Van a descubrir que no soy tan bueno como creen? ¿Se van a sentir engañados?
¿Cómo identificar si lo estoy sufriendo?
Algunas de las características más importantes para que puedas valorar si realmente estás pasando por este síndrome son las siguientes:
Autosabotaje
La forma en la que nos hablamos a nosotros mismos importa y mucho, es un factor determinante en la formación de nuestra autoestima. Recientemente, hemos publicado un post sobre autocuidado en el que mencionamos 5 pasos para cuidar la manera en que te hablas (incluir aquí link del post anterior).
Así, si sufres el síndrome del impostor tendrás un diálogo interno y una manera de hablar contigo mismo marcada por el autosabotaje y escasos elogios y reconocimientos. Sería como vivir en un continuo “no vale la pena que lo intente, no soy lo bastante bueno”. En este sentido, nuestra mente es una esponja y se cree todo lo que nos decimos, por lo que debemos tener cuidado con lo que nos decimos.
Fraude
Te verás y sentirás un fraude constantemente, y te aparecerá un miedo muy intenso a que las personas de tu alrededor se den cuenta, a pesar de haber invertido mucha formación, horas, esfuerzo y trabajo en ser quien eres. Hay una gran falta de confianza en uno mismo.
Perfección
Para compensar y ocultar ese sentimiento de fraude, quieres hacer todo de forma perfecta, exigiéndote y obsesionándote con ello y, no permitiéndote ni un error, hablándote mal y culpándote a ti mismo si eso ocurre.
Suerte
Una creencia muy arraigada en este síndrome es la sensación de no ser “merecedor” de los éxitos y logros que se van alcanzando. De esta forma, pensarás que todo lo bueno, positivo, logros y éxitos conseguidos han sido gracias a la suerte, y que todo lo malo, negativo, fracasos y errores ocurridos han sido por tu culpa, generando una sensación de vacío y de profundo malestar contigo mismo.
¿Cómo combatir el síndrome del impostor?
Curiosamente, en la mayoría de las ocasiones esta sensación se no ser bueno o de no estar lo suficientemente preparado desaparece a medida que pasa el tiempo y la persona obtiene más experiencia en el campo o el tema en que se desenvuelve.
Una forma de salir de la idea de ser un fraude es no rechazar ni ignorar cumplidos o felicitaciones, aceptarlas, agradecerlas y creerlas, ¡son fruto del propio esfuerzo!
Esto también se aplica a felicitarnos y agradecernos a nosotros mismos tanto el logro como el esfuerzo y empeño empleado para conseguirlo, validándonos y hablándonos como le hablaríamos a una persona que queremos, con compasión y cariño.
Y por último…
No existe tratamiento científico ni fórmula mágica para el síndrome del impostor, se trata de un síndrome o una sensación que aparece en las personas asociado a otras variables, como rasgos de personalidad perfeccionista y/o autoexigente, baja autoestima, pobre autoconcepto, historia familiar, etc. Por tanto, la forma más eficaz de paliarlo es llegar a la causa y tratarlo de raíz, para que no vuelva a aparecer.
Si tras leer y aplicar las recomendaciones consideras que no mejora el malestar asociado al síndrome del impostor, te animamos a contactar con nuestro Centro de Psicología para que podamos ayudarte a dejar de sentirte un fraude.
Artículo actualizado el 30/09/2022 por Paula Rambaud Quiñones, Psicóloga General Sanitaria y Psicóloga Jurídica y Forense, Nº col.: AN-09474.