El alcohol es una droga. Es además la droga más consumida en España, de la que más se abusa y la que más problemas causa en los diversos ámbitos de la persona que bebe.
El consumo de alcohol es aceptado socialmente y emborracharse o “pillar el puntillo” se ha convertido en una conducta normalizada en nuestra sociedad que a ninguna persona sorprende o escandaliza.
Entre las causas principales del aumento del consumo de alcohol en los último años, sobre todo en la población más joven, destacan la disponibilidad y gran aceptación del mismo por parte de la sociedad en la que vivimos.
El aumento del consumo de alcohol por parte de los adolescentes se ha convertido hoy en día en una situación alarmante si tenemos en cuenta que la adolescencia es una etapa vulnerable en la vida del individuo por todos los cambios que se producen en dicha etapa a nivel fisiológico y cognitivo. Además, las personas que ingieren alcohol en edades tempranas tienen mayor riesgo de desarrollar una adicción que los que lo hacen durante la edad adulta.
A continuación, os facilitamos un vídeo en el que Elsa Punset nos habla de las consecuencias del alcohol en el cerebro del adolescente:
Según el informe «Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España» de 2015 del Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías entre los 15 y los 34 años, 2 de cada 5 hombres y 1 de cada 5 mujeres se han emborrachado alguna vez en los últimos 12 meses.
El consumo en atracón de alcohol (binge drinking) ha ganado popularidad a lo largo de los años y, aunque en 2013 la prevalencia se mantuvo estable respecto a 2011, se ha triplicado en una década.
Los efectos nocivos del alcohol son muchos. Pero, la mayoría de los jóvenes no son conscientes del daño que puede provocar en su salud los atracones o «binge drinking». Las investigaciones publicadas señalan que el consumo «por atracón» deja su huella en el cerebro de los adolescentes.
Principales mitos que existen sobre el consumo del alcohol:
1. El alcohol no es peligroso para la salud. FALSO.
El abuso crónico de alcohol está relacionado con problemas de salud tales como gastritis, úlcera gastroduodental, cirrosis hepática, cardiopatías, cáncer, hipertensión arterial, encefalopatías, depresión y/o demencia.
2. Las funciones cognitivas no se ven afectadas por el alcohol. FALSO.
El consumo continuado de alcohol puede interrumpir el funcionamiento normal de la memoria. En concreto, el consumo de alcohol afecta principalmente a la memoria episódica y a la memoria de trabajo. El alcohol dificulta a su vez el aprendizaje de nueva información.
3. El alcohol te ayuda a dormir más profundamente. FALSO.
El consumo de alcohol puede facilitar el sueño. Si una persona ha bebido alcohol es posible que concilie el sueño con mayor facilidad. Sin embargo, actualmente es sabido que el alcohol nos conduce a tener un sueño superficial y con interrupciones durante la noche que a su vez favorece que al día siguiente no tengamos la sensación de haber descansado.
4. Beber cuando “se sale de fiesta” no es un problema. FALSO.
Beber el alcohol se convierte en un problema cuando la persona pierde el control sobre lo que bebe. No importa que la persona bebe de manera esporádica (solo los fines de semana o cuando sale de fiesta) ya que si bebe de manera abusiva durante un corto periodo de tiempo es igual de perjudicial y dañino para la salud. ¡Cuidado! Beber grandes cantidades de alcohol durante un corto periodo de tiempo aumenta las probabilidades de tener accidentes de tráficos, un coma etílico o incluso de morir en pocas horas por intoxicación.
5. El alcohol ayuda a levantar el estado de ánimo. FALSO.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. El consumo abusivo de alcohol provoca en nosotros una desinhibición emocional y conductual. Tras una breve sensación de bienestar, si se está triste o deprimido, beber alcohol acentúa dichos sentimientos.
6. El alcohol facilita las relaciones sexuales. FALSO.
El alcohol puede hacernos sentir más relajados, aumenta nuestra sociabilidad y nos desinhibe. Todo ello puede favorecer que una persona ligue o mantenga relaciones sexuales. No obstante, es sabido que el alcohol interfiere en la capacidad sexual ya que inhibe la respuesta sexual e incluso puede ocasionar episodios de impotencia. A largo plazo reduce el deseo sexual en hombres. Además, la capacidad de medir las consecuencias de nuestros actos se ve mermada cuando consumimos alcohol. Por ello, aumentan las prácticas sexuales de riesgo que conducen a embarazos no deseados, contagio de enfermedades de trasmisión sexual debido a la falta de uso de preservativos, relaciones afectivas inadecuadas, etc.
La aparición de rutinarios bebedores compulsivos durante el fin de semana, la incorporación de la mujer al alterne en las mismas condiciones que el hombre, el uso descontrolado en la adolescencia y formar parte de una sociedad alcohólica en la que se presume de consumir alcohol, da lugar a la negación del problema y a poner todo tipo de resistencia a admitir que se es adicto al alcohol o que los problemas orgánicos, laborales o de pareja estén motivados por la bebida.
Si consideras que tienes un problema con el alcohol o que algún amigo o familiar está atrapado en el mundo del alcoholismo, te animamos a contactar con nosotros. Es el momento de empezar a buscar soluciones. Podemos acompañaros en este proceso de rehabilitación.
Actualizado el 13/09/2022 por Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria, Nº col.: MU2732.