«La envidia es una de las principales causas del sufrimiento humano; se dirige a aquellos que poseen lo que deseamos y resaltamos sus defectos para intentar mitigar nuestro propio dolor.»
Sigmund Freud.
¿Qué es la envidia?
Según José Antonio Marina, la envidia es un sentimiento enrevesado y uno de los más destructivos, que hace odiar al envidiado y a uno mismo, que no se calma y se alimenta del silencio.
La envidia es un sentimiento común, todas las personas hemos envidiado y nos hemos sentido envidiados, aunque sea en momentos puntuales de nuestra vida. Es normal sentir envidia, pero debemos aprender a gestionarla de manera adecuada.
Es un sentimiento de inferioridad que aparece cuando nos comparamos con personas de nuestro entorno que han alcanzado éxitos profesionales, familiares o sociales de los cuales nosotros carecemos.
Ser testigo del éxito profesional de un compañero, observar como una amiga/o tiene una relación de pareja idílica, ver como tu mejor amigo posee una vida cómoda con multitud de bienes materiales, observar como un familiar ha mejorado su aspecto físico, ver como las personas de tu alrededor optan a buenos puestos de trabajo, etc., son algunas de las situaciones que pueden despertar un sentimiento de envidia en algunas personas.
En primer lugar, aparece un deseo por poseer tales logros y posteriormente, surge un sentimiento de envidia hacia la persona que tiene en su posesión aquello que nosotros deseamos. Es decir, se despierta un sentimiento de rabia hacia la persona que posee aquello que nosotros deseamos tener.
La envidia se convierte así en un obstáculo que nos dificulta la puesta en marcha y nos impide que pasemos a la acción. Es un sentimiento muy complejo, la persona envidiosa experimenta malestar y un sentimiento de insatisfacción que se traduce en rabia hacia la persona envidiada por tener éxitos y hacia uno mismo por carecer de ellos.
La persona envidiosa cree que sería feliz si poseyera aquello de lo que la persona envidiada está disfrutando y por tanto, se siente infeliz e insatisfecha por no disponer de aquello que desea.
Por este motivo, la persona que siente envidia comienza a sentirse inferior e insegura con respecto a sus cualidades y potencialidades. Su autoestima se ve amenazada y aparecen incluso sentimientos de tristeza porque considera que ha fracasado al no obtener aquello que la persona envidiada sí posee.
Para contrarrestar este sentimiento tan destructivo, la persona envidiosa ataca e infravalora los méritos obtenidos por la persona a la que envidia, intenta ocultar su rabia y la enmascara desalentando y desmotivando a la persona que posee aquello que él o ella tanto desea.
El envidioso se convierte en una persona reactiva, que se encuentra en una situación de impasse pero que se esfuerza por desmerecer e infravalorar los logros de la otra persona, que él o ella tanto desean.
La envidia despierta en la persona que lo experimenta un temor por ser eclipsada, por permanecer en la sombra y por ser puesta en entredicho por las personas de su entorno, al no haber conseguido el éxito que la persona envidiada si posee. Necesitan ser aceptadas y reafirmadas por las personas de su alrededor y temen que su imagen o el concepto que su entorno tiene de ellas, se vea alterado por no haber conseguido tales logros.
¿Qué podemos hacer si sentimos envidia?
- Identificar y aceptar que se está experimentando este sentimiento.
- No idealizar aquello que no poseemos. Ser consciente también de las dificultades y los problemas con los que se encuentra la persona a la que envidiamos. No todo es idílico.
- No dudar de nuestras potencialidades en ninguna circunstancia. Tu autoestima no debe verse afectada por los éxitos o logros de otras personas.
- Pensar que la felicidad no depende de los logros o éxitos que obtenemos. No vamos a ser más felices por poseer más bienes materiales o por obtener más o menos éxitos en la vida.
- No invertir energía en criticar ni desalentar a la persona que se envidia, tarde o temprano se volverá en nuestra contra. Todas las personas necesitamos aliento y apoyo, no inviertas tu tiempo en obstaculizar el camino de la persona a la que envidias, invierte ese tiempo y esfuerzo en lograr lo que deseas. Emprende, pasa a la acción.
- Aprender a admirar sin desprestigiar ni infravalorar. Favorecerás así tus relaciones sociales.
- Creer en nuestras fortalezas y potencialidades. Si sientes envidia es porque sientes inseguridad sobre algún aspecto de ti mismo. Observa, identifica y conoce cuáles son tus inseguridades. Conócete a ti mismo. Esfuerzate en descubrir tus debilidades y fortalezas.
- No temer la pérdida de reconocimiento y la aprobación de las personas de nuestro entorno porque otros tengan más éxito que nosotros. No olvides que tu familia, amigos y las personas de tu entorno que te aprecian, no valoran lo que tienes sino lo que eres.
¿Qué podemos hacer si nos envidian?
- Si la persona que te envidia es una persona a la que aprecias, ayúdale a disminuir el malestar que le ocasiona experimentar ese sentimiento. Para ello, hazla partícipe de tus éxitos, cuéntale los pros y contras de todo lo que estás llevando a cabo, pídele consejos y transimítele que valoras su opinión. De esta manera, la persona dejará de sentirse inferior, se dará cuenta de que no todo es idílico y comenzará a tener una visión de la realidad no sesgada, mejorará su autoestima al percibir que su opinión y su criterio son tenidos en cuenta y por consiguiente, el sentimiento de envidia se reducirá o desaparecerá.
- Por el contrario, si la persona que te envidia no pertenece a tu círculo de amistades, familiares o personas a las que aprecias, la estrategia más útil es alejarte de ella. Si no, intentará boicotear cualquier iniciativa , te hará dudar de ti mismo y de tus proyectos e intentará infravalorar aquello que llevas a cabo y, finalmente puede arrebatarte la fuerza y la motivación para seguir adelante. Si esa persona no te importa, no permitas que robe tus sueños, aléjate de ella.
Y por último…
En última instancia, reconocer y gestionar la envidia no solo nos permite alcanzar una mayor calma dentro de nosotros mismo y una autoaceptación más profunda, sino que también nos brinda la oportunidad de cultivar relaciones más genuinas y significativas con los demás.
Al aprender a apreciar los logros de los demás sin dejar que nos consuma la envidia, abrimos la puerta a la admiración mutua, el apoyo mutuo y el crecimiento personal continuo.
Así que, en lugar de permitir que la envidia nos ate, optemos por celebrar el éxito de los demás y encontrar inspiración en su trayectoria para impulsarnos hacia nuestros propios logros.
Os invitamos a reflexionar sobre este sentimiento y a que identifiquéis en qué situaciones de vuestra vida habéis sentido envidia hacia otras personas. O, si otras personas han sentido envidia hacia vosotros.
Nos gustaría conocer cuál es vuestra opinión sobre el contenido de este artículo, os animamos a participar enriqueciendo esta entrada de Blog de Psicología con vuestros comentarios.
Si crees que necesitas ayuda para lidiar con este sentimiento, puedes contactar con nosotros. El equipo de profesionales de MindUp Psicólogos podrá ofrecerte atención psicológica que te ayudará a reducir el nivel de malestar e insatisfacción que genera el sentimiento de envidia.
Artículo actualizado el 14/03/2024 por Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria, Nº col.: MU2732.
5 respuestas
Hola! Saludos. Excelente artículo, mejor no puede estar explicado. Realmente la envidia es un sentimiento negativo, que muchas veces sentimos sin darnos cuenta. gracias por publicarlo.
Muchas gracias Grecia por tus palabras. Un abrazo.
Agradezco el artículo, muy útil y pedagógico.
Hola…yo soy por naturaleza una persona envidiosa….siempre lo he ocultado y me he flagelado porque me inculcaron que era un pecado….
Mi psicóloga me enseñó a comprender lo que decís aquí…que es un sentimiento común en el ser humano….y desde que acepto que siento envidia se gestionarla bien
Buenas tardes Isabel, muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros. Me alegra saber que la terapia psicológica te ayudó a entender y a aceptar este sentimiento. Gracias de corazón por tu interés por lo que publicamos. Es un placer para nosotros saber que os sentís reflejados con los temas que abordamos. Un abrazo. ¡Feliz día!