¿Qué es la personalidad?
La personalidad es la organización relativamente estable de aquellas características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las especiales condiciones de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con que cada individuo afronta las distintas situaciones (Bermúdez, 1985).
Posteriormente, Millón y Davis (2001), definieron la personalidad como un patrón complejo de características psicológicas que configuran la constelación completa de la persona, y que se expresan de manera casi automática en las conductas humanas.
Según estos autores, nuestra personalidad está determinada por disposiciones biológicas y experiencias de aprendizaje que conjuntamente configuran los patrones estables de pensar, sentir y actuar de cada uno de nosotros.
En definitiva, y en palabras más coloquiales, podemos definir la personalidad como nuestra forma de sentir, pensar y de actuar, por lo que definir qué es la personalidad implica hacer referencia al patrón de pensamientos, sentimientos y comportamientos que nos caracteriza.
La personalidad es dinámica, se encuentra siempre en continuo cambio y movimiento, se modifica en función de las experiencias e influencias del ambiente que recibe la persona.
En nuestro día a día es común escuchar expresiones tales como: “esa chica tiene mucha personalidad o «ese chico no tiene ninguna personalidad”. El uso de estas expresiones son inadecuadas, debido a que todos tenemos una manera particular de pensar, sentir y actuar, por lo que afirmar que una persona tiene mucha, poca o incluso ninguna personalidad no sería correcto. Todos y cada uno de nosotros tenemos lo que denominamos personalidad, sin embargo, es cierto que en cada persona predominan de manera diferente o están más acentuados unos rasgos de personalidad respecto a otros.
Los rasgos de personalidad más característicos de una persona, su estilo de afrontamiento y su manera de relacionarse con los demás, suele aparecer en la etapa de la niñez y consolidarse hacia el final de la adolescencia.
¿Qué diferencias hay entre personalidad, carácter y temperamento?
En ocasiones utilizamos indistintamente los términos personalidad, carácter y temperamento, a pesar de que hacen referencia a aspectos claramente diferenciados.
Hablar de carácter y temperamento supone hacer una distinción entre las características psicológicas de la persona que son heredadas y las características psicológicas que son aprendidas.
El carácter refleja el resultado de la influencia de la educación y del contexto social en el que una persona crece y se desarrolla. Por lo tanto, podemos afirmar que el carácter se hace, es decir, es adquirido.
En cambio, el temperamento tiene una base heredable, es el resultado de disposiciones biológicas e implica diferencias en comportamientos vinculados con la emocionalidad y la excitabilidad. Por tanto, podemos afirmar que con el temperamento se nace, es decir, es heredado.
Sin embargo, el temperamento no tiene por qué manifestar una continuidad absoluta a lo largo de todo el ciclo vital. Son dos las razones para no esperar que el temperamento se mantenga estable e inalterable a lo largo de la vida de una persona. En primer lugar, los genes no operan continuamente, sino que se activan y desactivan durante el desarrollo, hecho que puede suponer una interrupción en la continuidad del temperamento y, en segundo lugar, cabe señalar que el temperamento puede sufrir modificaciones como consecuencia de las experiencias que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida.
El carácter y el temperamento forman parte de la personalidad del ser humano, ya que interactúan e influyen directamente en la formación de la personalidad desde edades tempranas.
¿Problemas con nuestra personalidad? ¿Cuándo solicitar ayuda psicológica?
La mayoría de las personas tenemos una personalidad que se adapta a la sociedad en la que vivimos, permitiéndonos cumplir con las expectativas sociales que recaen sobre nosotros.
Sin embargo, hay personas que muestran un patrón duradero de conductas y experiencias internas sumamente inflexible e inadaptado, que les impide poder desenvolverse normalmente en el contexto en el que se desarrollan.
Las personas que presentan un trastorno de personalidad, causan muchas dificultades a las personas de su alrededor y a ellos mismos. Tienen una forma inadaptada de percibir la realidad, de interpretarla y dificultades en sus relaciones interpersonales. Experimentan un gran malestar subjetivo y muchas áreas de su vida terminan deteriorándose.
Sus comportamientos se definen por conductas irritantes, impredecibles e inadecuadas, que son repetidas una y otra vez, pareciendo que no es posible que aprendan de sus errores.
Los rasgos de personalidad desadaptativos o los Trastornos de Personalidad pueden suponer a la persona que los padece un gran nivel de sufrimiento. Si considera que, desde su adolescencia o principio de la edad adulta, su manera de relacionarse con las personas de su entorno no es adecuada, tiene problema para controlar muchos de sus impulsos o su manera de pensar y experimentar emociones le hace sufrir, es probable que necesite recibir ayuda psicológica. En MindUp Psicólogos podemos ayudarle, consúltenos sin compromiso.
Un comentario
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