Hazlo, y si te da miedo: ¡hazlo con miedo!

Entrada de Blog Psicología sobre el miedo
¿Qué encontrarás en esta entrada?

«La valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de actuar a pesar de él.»

Ambrose Redmoon

¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción paralizante que nos impide alcanzar nuestro máximo potencial. Nos atrapa en una espiral de inseguridad y nos impide avanzar hacia nuestros sueños y metas.  Tiene el potencial de convertirse en un obstáculo formidable en nuestro camino hacia la realización personal. El miedo nos paraliza, nos estanca y nos impide salir de nuestra zona de confort. Nos envuelve, nos limita y no nos deja ser libres.

El miedo, una emoción muy arraigada a nuestra historia evolutiva, ha sido crucial para la supervivencia de nuestra especie a lo largo de milenios. En el complejo engranaje de nuestro cerebro, encontramos a la amígdala, una estructura ancestral que desempeña un papel fundamental en la regulación de nuestras respuestas emocionales, especialmente el miedo y la ansiedad.

La amígdala actúa como un vigilante, escudriñando constantemente nuestro entorno en busca de posibles amenazas y desencadenando respuestas de lucha, huida o colapso ante cualquier indicio de peligro. Cuando la amígdala percibe una amenaza, activa nuestro Sistema Nervioso Simpático, desencadenando una cascada de reacciones fisiológicas que acompañan al miedo, como taquicardia, sudoración y la suspensión de funciones digestivas.

Sin embargo, en la sociedad moderna, muchas de las situaciones que percibimos como amenazantes son más imaginarias que reales. Nuestra amígdala, a menudo, responde de manera exagerada a estímulos que interpreta como peligrosos, generando respuestas de miedo ante situaciones que no representan una amenaza real.

Por tanto, entender cómo funciona la amígdala nos ayuda a comprender mejor por qué sentimos miedo y cómo afecta nuestras vidas. Pero también nos da la oportunidad de aprender a manejar ese miedo de manera más efectiva. Al enfrentarnos a nuestros miedos y aprender a controlar nuestras emociones, podemos liberarnos del miedo paralizante y avanzar hacia una vida más satisfactoria.

En este artículo, exploraremos el impacto del miedo en nuestras vidas, examinando cómo nos paraliza, nos estanca y nos impide salir de nuestra zona de confort. Además, analizaremos cómo enfrentar estos miedos puede ser el primer paso hacia una vida más plena y satisfactoria.

Estos son los miedos que nos acompañan a muchos de nosotros:

  • Miedo a no cumplir las expectativas de los demás.
  • Miedo a fracasar.
  • Miedo a equivocarnos.
  • Miedo a hacer el ridículo.
  • Miedo a no agradar a los demás.
  • Miedo a la valoración de los demás.
  • Miedo al cambio.
  • Miedo a lo desconocido o a la incertidumbre.
  • Miedo al miedo.
  • Miedo a estar solo.

Estos miedos pueden manifestarse en diferentes aspectos de nuestras vidas, desde nuestras relaciones personales hasta nuestras carreras profesionales. Muchas veces, nos conformamos con la incomodidad y la insatisfacción porque el miedo nos impide dar el paso hacia una vida más plena.

Vídeo «dónde los sueños te lleven»:

El vídeo que aparece a continuación explica de manera animada la importancia de afrontar aquello que nos da miedo si queremos tener una vida plena y satisfactoria. ¡No encanta este vídeo! Ha sido creado basándose en el libro “Donde los sueño te lleven” del autor Javier Iriondo. Además, es narrado por el conocido presentador de televisión Pablo Motos:

¿Qué nos impide romper con la rutina y buscar una vida más satisfactoria?

En terapia, a menudo nos encontramos con personas que se sienten atrapadas en relaciones o trabajos que no les proporcionan felicidad. A pesar de la insatisfacción y el malestar que experimentan, muchos se resisten a tomar medidas para cambiar su situación.

¿La razón principal? El miedo. El miedo al cambio, a la soledad, al fracaso, y a enfrentar lo desconocido puede paralizarnos y mantenernos estancados en nuestra zona de confort, incluso cuando reconocemos que nos causa un profundo malestar.

Es comprensible que el cambio genere ansiedad, pero es importante recordar que solo enfrentando nuestros miedos podemos liberarnos de las limitaciones que nos imponen y abrirnos a nuevas posibilidades de crecimiento y realización personal.

Aunque la comodidad de la zona de confort puede parecer tentadora, debemos recordar que fuera de ella es donde verdaderamente podemos florecer y alcanzar nuestro potencial más pleno.

En nuestro día a día nos encontramos con personas que vienen a terapia porque no están satisfechas con su relación de pareja, se sienten desilusionadas, frustradas y sin ganas de continuar apostando por su relación. Sin embargo, muchas parejas a pesar de encontrarse atrapadas en una espiral de toxicidad, reproches, chantajes y sufrimiento innecesario, no son capaces de cambiar o poner fin a su relación de pareja.

Y, ¿qué les impide cambiar de dirección en sus vidas si no son felices? La respuesta es clara: el miedo (el miedo al cambio, el miedo a la soledad, el miedo a echar de menos a la otra persona , el miedo a tomar una decisión errónea, el miedo a no saber vivir sin la otras persona, el miedo al qué dirán, el miedo a hacer daño a otras personas, etc).

También nos encontramos con personas que se sienten angustiadas y estresadas por tener que realizar un trabajo que les produce una gran insatisfacción. Se quejan diariamente, no disfrutan de su día a día y están muchas veces de mal humor. Pero, no pasan a la acción. No buscan otras alternativas, simplemente se quejan y hablan negativamente de su trabajo.

Y, ¿qué les impide abandonar su puesto de trabajo y empezar de nuevo? La respuesta es clara: el miedo (el miedo a equivocarse, el miedo a no encontrar un puesto de trabajo con una retribución económica igual o mejor, el miedo a no encontrar trabajo rápidamente, miedo a la incertidumbre, miedo a las críticas u opiniones de los demás, el miedo a no cumplir las expectativas de las personas de su entorno, etc.).

Hay un sinfín de ejemplos que podríamos poner en los que se ve claramente que muchas veces nos atrincheramos en nuestra zona de confort y seguimos haciendo lo mismo a pesar de que nos produce una gran insatisfacción. Es posible que nuestra zona de confort no nos guste pero hay algo innegable, ¡estamos muy cómodos en ella!

Y por último…

Nadie ha dicho que el cambio sea fácil. Tomar una decisión o cambiar la dirección de nuestra vida puede producirnos miedo e incluso vértigo. El cambio implica una pérdida de control, estrés y nos hace sentir vulnerables respecto al futuro. Somos animales de costumbres y nos encanta permanecer en la zona de confort que tanto conocemos. En lo conocido nos sentimos seguros y protegidos del mundo «amenazante y hostil” que hay fuera.

Salir de la nuestra zona de confort o seguridad, nos hace sentir tremendamente inseguros e incluso incapaces de adaptarnos a una nueva situación. Pero, merece la pena asumir el riesgo. En la zona de confort no crece nada, no mejoramos, no crecemos. Solo permanecemos estancados.

Es imposible no tener miedo, todos tenemos. El miedo nos quita algo muy preciado para nosotros: la libertad. Nos condiciona, nos hacer ser dependientes y no nos permite ser libres. La única manera de quitarle protagonismo al miedo es no paralizándonos ante el, afrontándolo, mirando hacia delante y luchando por nuestros sueños.

En muchas ocasiones, no podemos hacerlo por nosostros mismos y es necesario contar con una ayuda externa. Si crees que necesitas ayuda para afrontar tus miedos, te animamos a contactar con el equipo profesional de MindUp Psicólogos, ¡nos encantaría acompañarte en este difícil pero esperanzador proceso!

Actualizado el 24/02/2024 por Sofía Gil Guerrero, Psicóloga General Sanitaria, Col.nº2732.

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Sofia Gil

Directora del Centro MindUp Psicólogos. Psicóloga. Col. nº: 2732-MU. Máster en Psicología General Sanitaria y Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad de Murcia. Especialista en Terapia Dialéctico Conductual por la Universidad de Deusto. Formación especializada en Eye Movement Desensitization and Reprocessing (EMDR) y Terapia Foclaizada en la Transferencia (TFP) por la la International Society of Transference-Focused Psychotherapy (ISTFP).

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